VENID A MI... CONFIAD... NO TENGÁIS MIEDO
DISFRUTAD EL MOMENTO...
Ha finalizado la etapa reina. Nos hallamos en un punto de inflexión hacia el final de esta hermosa experiencia. Como podéis ver por las fotos, estamos animados aunque con los pies marcados por un camino que es como la vida misma: tú no eliges todo lo que te sucede, aunque sí que está en tu mano elegir como lo vas a vivir.
Ampollas, llanto, risa, el peregrino alemán que lleva casi 800 Km en sus pies, el grupo de Mallorca con el que nos seguimos encontrando, los antiguos alumnos de La Salle de Melilla y Barcelona que regentan la acogida en un albergue, los ancianos que nos saludan y desean lo mejor por allá donde pasamos, la reorganización de los planes del camino en función del estado físico y anímico de todos, nuestras espaldas, la calor, las cuestas, el cojo que estaba a las afueras de Melide, el pulpo, los toreros turolenses, la croqueta, los momentos de piscina, la moda femenina de nuestros tres mayores, y esas comidas. Ahora mismo estamos en un pabellón compartiendo espacio con unas cien personas más, todas jóvenes. El Hno. Miguel Pérez, marcándonos el paso sabiamente. Raquel, aportando siempre alegría y ternura. José Manuel, apoyándonos a todos con su paso constante. La capilla a pocos kilómetros de Melide con la bendición del Apóstol.
El humor, el buen humor. El Espíritu, el buen Espíritu. La Providencia, que nos está guiando durante toda la ruta. Nos ha pasado y pasará de todo, pero siempre el Buen Dios nos bendice, y dibuja en nosotros sonrisas de esperanza, y confianza de que Alguien nos guía y sostiene durante la dificultad. Gracias, muchas gracias.
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